Las farmacias españolas, la mejor barrera contra los medicamentos falsificados
Promovido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada 17 de septiembre se celebra el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, que este año tiene como lema “Medicación sin daño”.
Se trata de un asunto de la máxima importancia, pues prácticamente la totalidad de los 7.800 millones de personas que integran la población mundial tomarán, en algún momento de su vida, un medicamento. Precisamente, uno de los mayores riesgos actuales y globales para la seguridad del paciente es el uso -consciente o no- de medicamentos y productos farmacéuticos falsificados. Un desafío sanitario para todos, especialmente para la profesión farmacéutica en sus distintos ámbitos de ejercicio profesional.
La pandemia y el auge de medicamentos y productos sanitarios falsificados
La falsificación de productos de salud ha adquirido una nueva dimensión con la pandemia de la COVID-19. La demanda de productos de higiene y protección personal aumentó exponencialmente desde la primavera de 2020, y algunas empresas han tratado de aprovechar esta coyuntura para vender ilegalmente productos de calidad subestándar o falsificados: desde mascarillas quirúrgicas hasta “fármacos para combatir el coronavirus” claramente falsos.
Gracias a todas las actuaciones desarrolladas en España, impulsadas o con la participación de la Organización Farmacéutica Colegial, no se han observado hasta ahora casos de medicamentos falsificados que hayan llegado a pacientes a través del canal legal de dispensación. Una realidad que confirma que el acceso a los medicamentos y productos sanitarios a través de la red de 22.198 farmacias comunitarias y cerca de 500 servicios de farmacia hospitalaria constituye la mejor barrera contra las falsificaciones.
Entre esas actuaciones, destaca el Sistema Español de Verificación de Medicamentos (SEVeM). Una iniciativa nacida en España gracias a la colaboración entre los distintos actores de la cadena del medicamento (industria, distribución y servicios y oficinas de farmacia, además de Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios), y que entró en funcionamiento en febrero de 2019, fecha marcada por la legislación europea. Actualmente conecta a más de 491 titulares de autorización de comercialización de medicamentos, 315 almacenes de distribución, a casi 22.200 farmacias comunitarias y más de 190 servicios de farmacia de hospitales privados. Tras más de dos años de funcionamiento ha realizado más de 2.000 millones de operaciones, cerca de 1.200 millones de verificaciones y 844 millones de dispensaciones solo a través de la red de farmacias y su herramienta Nodofarma Verificación.
El farmacéutico de la distribución: un freno a los medicamentos falsificados en la cadena de suministro legal
Entre todas las modalidades de ejercicios, destaca el papel que desempeñan los farmacéuticos que trabajan en el ámbito de la distribución, que actúan como centinelas frente a la llegada de productos falsificados a los usuarios. En cada almacén de distribución mayorista debe ejercer un Director Técnico Farmacéutico, quien garantiza el cumplimiento de las buenas prácticas de distribución, mediante un sistema de calidad y de evaluación de riesgos con el enfoque de asegurar la legalidad y veracidad en todos los aspectos que afectan a los medicamentos, sustancias medicinales y demás productos farmacéuticos que se suministren por el almacén a otros distribuidores, laboratorios y las oficinas y servicios de farmacia, previniendo la entrada de medicamentos falsificados en la cadena de suministro legal.
Punto farmacológico 163
El farmacéutico juega un rol esencial en la defensa de la seguridad del paciente en todo lo relacionado con el uso de los medicamentos, y velando por la calidad y autenticidad de estos. Desde esa posición, el Consejo General de Colegios Farmacéuticos se suma a este Día Mundial de la Seguridad del Paciente con la publicación del Punto Farmacológico 163: La falsificación de medicamentos: un desafío sanitario para la Farmacia. Un informe técnico que revisa la situación actual la legislación en torno a los medicamentos falsificados, las consecuencias sanitarias que éstos pueden tener, o las iniciativas impulsadas por los distintos agentes implicados en el canal de suministro para minimizar su impacto; y, por supuesto, centrado en el papel fundamental e imprescindible del farmacéutico como garante de la calidad, seguridad y eficacia de los tratamientos farmacológicos.